Ha pasado tiempo y por diversos motivos el blog no fue actualizado. Esto en ningún momento quiso decir que nada ha pasado o que simplemente esto dejara de existir, muy por el contrario, la idea es continuar escribiendo artículos en extenso que den cuenta de diversas facetas de nuestro desarrollo urbano y arquitectónico así como ser un medio de denuncia de la destrucción del mismo. Desde el último artículo a la fecha han sucedido una serie de situaciones que han marcado la tónica de este Concepción que se autodestruye y que ponen de manifiesto la carencia de la protección del patrimonio urbano de la ciudad producto principalmente de la ignorancia y las equívocas visiones del concepto mismo de “patrimonio” y del cómo hacer ciudad.
En cualquier caso hay un tema que está pendiente de hace un tiempo que es la obra de un destacado arquitecto entre las décadas de 1950 y 1970, el cual prontamente será subido pero la razón para retomar el blog es más bien personal y coincide con la conmemoración de los 83 años de la inauguración de un edificio en particular que fue demolido justamente hace 10 años. Una doble conmemoración que al mismo tiempo simboliza el origen de Historia Arquitectónica de Concepción.
No quiero sonar autorreferente, no es la idea de este blog, pero la razón de su origen es precisamente la demolición de este edificio. Por ello pido disculpas si los primeros párrafos de este artículo tienen ciertos matices nostálgicos y estrictamente personales.
El edificio en cuestión fue el edificio de la Administración General de la Universidad de Concepción. Una magna construcción ubicada por más de 7 décadas en calle Barros Arana adosada al antiguo Teatro con el que conformó un conjunto único en su especie en pleno centro de la ciudad, dedicado a la cultura y el conocimiento. Más adelante se profundizará su origen y detalles más específicos respecto a la historia y arquitectura de esta edificación.
Esta construcción en cuestión, alimentó mis fantasías desde niño y me cautivó por su imponente aspecto y apariencia peculiar, según yo, casi un castillo. Los años pasaron y su desuso me llamó más aún la atención hasta que a fines de la década una tienda por departamentos se hace cargo del inmueble y lo usa como sucursal, es así que pude ingresar a este edificio y sorprenderme con sus detalles interiores y recorrer algunos recintos. No volvería al edificio hasta el año 2004 cuando en medio de un ir y venir adolescente vi cómo una retroexcavadora mordisqueaba y tumbaba muros en el lugar. Si, el edificio estaba siendo demolido. Francamente en ese momento sentí que me arrancaban una parte importante de mi memoria y recuerdos, al mismo tiempo que lo vi frágil y delicado, tocado por una máquina que lo atacaba y lo dejaba malherido, expuesto, desnudo, ante la mirada indiferente de transeúntes que sólo les interesaba ir a comprar a la carpa de una tienda que se instaló al lado para vender bicicletas y artículos de camping. Todo eso me hizo armar un sitio web básico y escaso de contenido con la idea de denunciar la demolición de este edificio y las casas que estaban al lado de las cuales sólo queda la fachada de una como mudo y humillante vestigio de lo que alguna vez hubo en el lugar.
Eso fue en relación a la visión personal respecto al edificio y la reacción que se tuvo respecto a la demolición del mismo, ahora bien, revisemos y conozcamos la historia de este edificio y del conjunto del que fue parte.
En una semana como esta pero del año 1931, se inauguraron formalmente algunos edificios de la ya consolidada Universidad de Concepción. Si bien su origen se remonta al año 1919, es en la década de 1930 en que se concreta con fuerza su posición con el campus que conocemos hoy, ubicado en el otrora barrio La Toma además de marcar presencia con algunas sedes de importancia en pleno centro de la ciudad. El diario “El Sur” del 17 de abril de 1931 expone en su portada; “Los edificios universitarios que hoy se inauguran” destacando tres edificios que en el año 1931 estaban concluidos y listos para su uso, estamos hablando del edificio de Química Industrial, proyecto de Carlos Miranda, en la actual Edmundo Larenas, (edificio de dos niveles que sirvió de base para el actual edificio de Ciencias Químicas), la Escuela Dental en Paicaví esquina Chacabuco, proyecto de Arnoldo Michaelsen, (actual Casa del Arte) y la Administración General en Barros Arana, edificio del cual trata este artículo y también obra de Michaelsen.
Las inauguraciones fueron importantes con grandes personajes invitados, realizándose un gran acto en el Teatro Concepción, el gran coliseo local de las artes escénicas, obra de Juan Eduardo Ferhmann y concluido en 1890, el cual fue traspasado a la Universidad de Concepción en 1924. El Teatro se encontraba en la esquina de las calles Orompello y Barros Arana, siendo esta última calle rodeada de grandes y señoriales viviendas de fines de siglo XIX. Entre el Teatro Concepción y una de estas viviendas por Barros Arana existía un amplio jardín el cual fue suprimido para dar paso a la construcción de este edificio administrativo para la universidad. Encargado a Arnoldo Michaelsen, quedó entre el teatro y una casa de la cual hoy queda la fachada. Si, es la famosa fachada antigua del Mall del Centro, fachada que si bien fue propiedad de la universidad y se realizaron actividades en ella, técnicamente, nada tuvo que ver con el Teatro Concepción como se cuenta por ahí. En resumen:
Más que la mera administración, este edificio no fue concebido como un edificio de oficinas, los reales protagonistas de este edificio fueron la Biblioteca Central y la Lotería que tendrían en ese edificio su hogar manteniendo ese rol por décadas, al menos para la biblioteca. El proyecto de Michaelsen, se caracterizó por innovar en cuanto al diseño e imagen, distanciándose de las líneas eclécticas de los otros edificios de la UdeC, exponiendo detalles propios del art déco, como motivos abstractos y geométricos trabajados en la fachada y en aspectos mucho más finos como barandas, perfilería de los ventanales, marquesinas, manillas y un portón de fierro forjado que realmente era una maravilla y un símbolo del art déco en Concepción. Con esas características, este edificio destacó dentro del conjunto, (como se aprecia en la fotografía anterior), y de inmediato pasó a destacar en la ciudad, siendo fotografiado y concurrido diversas veces, siendo además utilizado como foto propagandística de la universidad en avisos y eventos de importancia.
Asimismo, se presentó como un adelanto en materia constructiva y fue tildado por la prensa de la época como “lo moderno” de Concepción. Al respecto el diario «El Sur» expone:
“De factura ligera y elegante, su esbelta línea es una concepción moderna, atrevida si se quiere, ante el pesado y vetusto estilo de las construcciones locales, donde aún flota el recargado adorno de la edificación de hace cincuenta años, en que no logra revelarse ni la singularidad de la concepción, ni mucho menos la individualidad del arquitecto”
Con un costo de $800.000 de la época, en su interior el edificio también contó con ricos detalles como pasamanos en las escaleras y algunas aplicaciones de mármol. Todo esto desapareció misteriosamente durante la demolición el 2004. Los detalles de fierro forjado y bronce también desaparecieron, tal como la misma reja del zaguán que llevaba hacia la parte posterior y acceso lateral. Un magnífico portón con un diseño geométrico precioso que fue retirando antes de iniciar las faenas de demolición puesto que ya no estaba cuando comencé a seguir la demolición. Otra gran característica del edificio fue la inclusión de ascensores, algo completamente radical para Concepción.
La Biblioteca Central funcionó en este edificio en un magnífico salón de doble altura con amplios libreros y una apariencia de biblioteca de película, con corredores y grandes libreros. La Lotería también contó con amplias y cómodas instalaciones. Imágenes de este edificio aparecieron en un film de un evento promocional de un grupo scout de 1933, en el que se filmó la fachada y la tómbola.
Las décadas pasaron y muchas funciones se trasladaron, la Lotería contó con un edificio propio proyectado por Julio Ríos hacia 1944 y la Biblioteca tuvo su nuevo edificio en la década de 1960, una espectacular obra de Roberto Goycoolea y Emilio Duhart, por lo que el edificio pasó a tener funciones más bien administrativas con salas de reuniones y reparticiones diversas. Los terremotos de 1939 y 1960 significaron transformaciones en el edificio que al fin y al cabo no implicaron un cambio radical en él.
El gran cambio si sería después del terremoto de 1960 con el desuso del Teatro Concepción. El otrora palacio de las artes escénicas locales fue gravemente dañado con el sismo y la posibilidad de repararlo era insostenible e inviable según algunos. Tal vez con el conocimiento y tecnología de hoy, el gran Teatro Concepción se pudiese haber reparado. En septiembre de 1973 ocurrió algo que impactó para siempre a la ciudad, se declara un incendio en el teatro. Las llamas consumieron casi un siglo de historia así como una de las joyas de Concepción y de la ciudad. El fuego no afectó al otrora edificio administrativo pero si caló hondo en la memoria de los penquistas que fueron testigos de la tragedia. Con el desuso y posterior incendio del teatro, ya había cambiado para siempre la historia del conjunto universitario en calle Barros Arana.
En 1976 se termina por derribar las ruinas del incendiado Teatro Concepción y como vestigios del antiguo teatro, permanecieron las marcas de él en la fachada del edificio administrativo. Ladrillos y detalles quedaron como una ruina y un recordatorio de la grandeza del pasado. Con esa fachada se mantuvo hasta su demolición el año 2004.
Las últimas décadas del edificio en manos de la universidad, fueron más bien ligadas a la música y las artes escénicas, se habilitaron aulas y nuevas oficinas y de alguna forma se mantuvo cierto uso y carácter en el edificio hasta que a fines de la década de 1990 la Universidad de Concepción se desprende de los antiguos terrenos del Teatro Concepción, del antiguo edificio administrativo (por entonces usado por Música) y la vivienda de dos pisos, actual fachada del mal, propiedad en ese entonces también de la universidad. Todos los recintos fueron vendidos a una cadena del retail que los ocuparía como sucursal.
El vacío del antiguo teatro fue ocupado con una carpa y el edificio protagonista de esta historia fue utilizado como sucursal de la tienda. Tal como mencioné en los primeros párrafos, esta fue la oportunidad de conocer este edificio y al menos, se mantuvo en uso por un tiempo hasta que surge la idea de construir un gran centro comercial en esa manzana completa. La idea del actual Mall del Centro, no es reciente, se arrastra hace unos casi 15 años por lo que los edificios allí existentes definitivamente tenían sus días y años contados.
Nuevamente el texto adquirirá ese toque personal, francamente no sé que habrá pasado en esos 6 o 7 años entre el uso como tienda y cuando vi que las maquinarias ya estaban destruyendo el edificio en el año 2004. Sólo sé que las preocupaciones surgieron paulatinamente en los medios y la opinión pública. En un abrir y cerrar de ojos paró la demolición, dejando por casi un año o algo más el edificio a medio morir, sólo una fachada y una montaña de escombros en la parte posterior. Y la carpa, seguía ahí ofreciendo ofertas de camping.
Ya en el año 2005 en ires y venires de tipo preuniversitario veo como se termina por derribar todo el edificio pero ojo, dejarán en pie “la fachada” de la casa de al lado porque como escuché por ahí en repetidas ocasiones, “era más antigua” o “era parte del teatro”. Para destruir siempre hay argumentos y los argumentos para proteger suelen llevárselos el viento. Era algo irónico ver la sección de Patrimonio Arquitectónico del sitio web de la Municipalidad, que aún mencionaba esa casa de diversas formas pero nunca aludiendo al edificio ubicado al lado. En fin, ya a fines del 2005 no quedaba nada de lo que alguna vez fue el gran edificio administrativo de la Universidad de Concepción. Con el terreno limpio, comenzaron las faenas de construcción de lo que ahora es la mole conocida como Mall del Centro, uno de los edificios con mayor carencia estética de la ciudad. En mi opinión, se podría haber considerado este edificio dentro de la propuesta de centro comercial, ¿por qué no?, hubiese sido una propuesta mucho más sensible y quizás interesante, estaría naciendo desde la misma historia de la ciudad. En fin, ese es el mundo ideal, todos sabemos que los «malls» los diseñan «arquitectos» que trabajan en otras latitudes y los insertan cual estaca en las ciudades, sin mayor objeción o interés en lo que había allí.
El año 2004 coincidiendo con los inicios de la demolición del conjunto, decidí crear un sitio web alojado en el ya obsoleto sistema GeoCities de Yahoo. Un sitio web bastante básico y carente de profundidad dedicado exclusivamente a la denuncia de la desaparición de este conjunto. Comento esto porque este sitio web fue la base de lo que hoy es Historia Arquitectónica de Concepción. En ese sentido quiero agradecer a todos quienes han apoyado esta iniciativa desde su inicio hace ya 10 años, la lista es larga y sigue creciendo… lamentablemente esto no se inició por un hecho que pueda considerarse agradable pero si es agradable ver cómo la gente ha aprendido y apreciado su ciudad y por sobre todo el patrimonio urbano en general, cambiando la visión de lo que usualmente es concebido como “patrimonio”. Diversos proyectos se vienen y diversas actividades también, pero lo importante y la línea de esta página ya sea en este formato blog o su versión en facebook, desde sus inicios en un básico sitio web es informar, difundir y dar a conocer la arquitectura y su historia que es al mismo tiempo nuestra propia historia…
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